Eduardo Espina

Eduardo Espina

The Sótano > OPINIÓN

Alguien famoso muy desconocido

Juan Romero fue protagonista de un momento histórico inolvidable
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09 de octubre de 2018 a las 05:00

Fue uno de sus personajes históricos que millones recuerdan sin que nadie sepa quién es o cómo se llama. Una foto que dio la vuelta al mundo captó un momento irrepetible que lo tuvo con uno de los dos protagonistas. Quienes lo recuerdan, lo recuerdan precisamente por ese instante en que la condición humana llega a situarse en otra dimensión, más no sea por obra de la casualidad Juan Romero era un muchacho de 18 años de edad, de origen mexicano, que trabajaba como ayudante de mesero en el hotel Ambassador de Los Angeles.

El día mismo de mañana que su historia, y la historia de un país cambiarían, le avisaron que Robert F. Kennedy cortaría camino por la cocina del hotel, de salida del salón Embassy donde se había realizado un acto político, por lo que podría estrechar su mano. En tiempos anteriores al selfie, Romero pensó incluso en la posibilidad de sacarse una foto junto al que con seguridad sería el próximo presidente estadounidense. Sin embargo, delante de los ojos de Romero ocurrió lo inesperado en cuestión de segundos.

El día mismo de mañana que su historia, y la historia de un país cambiarían, le avisaron que Robert F. Kennedy cortaría camino por la cocina del hotel, de salida del salón Embassy donde se había realizado un acto político, por lo que podría estrechar su mano.

El que iba a ser un momento felizmente inolvidable se transformó en una escena sangrienta, que marcó el resto de la vida del muchacho, quien vio cómo Kennedy era baleado y caía al piso.

De inmediato, Romero se lanzó para ayudarlo, tomándole la mano mientras llegaba la asistencia médica. Kennedy moriría al día siguiente y por esas cosas que tiene el destino cuando parece tener todo planeado sin que el ser humano lo sepa, Romero quedó devastado, pues siempre se sintió culpable por no haber hecho algo más para evitar que el candidato fuera herido mortalmente. Romero, quien murió el jueves pasado a la edad de 68 años de un infarto, en el norte de California, durante toda su vida se pasó repitiendo con sentido de culpa que “si hubiera extendido mi mano, él no habría recibido un disparo”.

El que iba a ser un momento felizmente inolvidable se transformó en una escena sangrienta

Solía decir que había logrado mitigar los recuerdos que lo siguieron hasta el final dedicándose a trabajar como una bestia en la construcción, gran cantidad de horas diarias. Kennedy intercambió con Romero un brevísimo diálogo final. Mientras el muchacho le sostenía la cabeza ensangrentada, Kennedy le preguntó: “Is everybody OK?” (¿Están todos bien?) Luego que Romero respondiera afirmativamente, Kennedy dijo: “Everything will be OK” (Todo va a estar bien). Fueron sus últimas palabras.

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