Eduardo Espina

Eduardo Espina

The Sótano > Dirk Nowitzki

Una gran leyenda dijo adiós

Antes de que la vejez le ganara el partido, una figura estelar salió por la puerta principal
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12 de abril de 2019 a las 05:01

Un jugadorazo de esos que aparecen muy de tanto en tanto, ha dejado esta semana el deporte que ayudó a mejorar, despidiéndose debajo de las mismas luminarias que por tantas noches, durante más de dos décadas seguidas, lo tuvieron como figura central. Quienes hemos sido testigos de esta época, de lo bueno y lo malo que en ella ha pasado, algún día podremos decir a manera de coro agradecido, “vimos jugar a Messi, a Ronaldo, a LeBron James, y a Dirk Nowitzki”.

Sin duda el alemán con tamaño de torre de Babel es el mejor jugador de origen extranjero que ha pasado por la NBA, encabezando una lista que también integran Manu Ginóbili, Paul Gasol, Toni Parker, Dražen Petrović, y el griego Giannis Antetokounmpo, quien con solo 24 años de edad tiene una carrera larga por delante y puede lograr lo que logró el alemán que esta semana abandonó las duelas: ponerse a un equipo al hombro y hacerlo campeón.

Los números de Nowitzki, nacido el 19 de junio de 1978, son extraordinarios y lo pondrán en el Salón de la Fama del básquetbol en el primer intento. En sus 21 años de carrera en la NBA tiene un promedio de 20.7 puntos, 7.5 rebotes, 2.4 de asistencias, y 38.1 de acierto de tres puntos, cifras superiores a las de cualquier otro jugador extranjero. Revolucionó el juego en la posición de ala-pívot.

Durante los últimos dos años se estuvo especulando respecto al posible retiro del jugador de 2.13 metros de estatura, hasta que la hora llegó. En verdad, vistas las condiciones físicas y técnicas que aun ostenta, podría haberle dado para una temporada más pero, de la misma forma que ha hecho todo en su carrera, con mesura y sin alharaca, Nowitzki prefiere irse enalteciendo una imagen como la que ofreció en sus dos últimos partidos. El martes pasado, en partido disputado en el American Airlines Center,cancha de los Mavericks de Dallas, club en el que hizo toda su carrera en la NBA, encestó 30 puntos y su equipo derrotó a los Suns de Phoenix 120 a 109.

Al día siguiente, miércoles, en el último partido de la temporada y de su carrera, jugado en cancha de los Spurs de San Antonio, su gran rival de estado, Nowitzki encestó 20 puntos y consiguió 10 rebotes, nada mal para alguien que ha pasado a retiro. No obstante, Dallas perdió 105-94. En verdad, el resultado fue lo de menos, pues el objetivo de público y jugadores era celebrar la carrera de un deportista irrepetible, que se fue ovacionado, soltando una lágrima, porque son pocas las estrellas deportivas que se retiran y son reconocidas tanto por su talento como por su calidad humana.

Quienes hemos seguido su carrera de principio a fin, nunca olvidaremos su extraordinaria performance en las finales de 2011 contra el Heat de Miami. En semifinales, Miami había derrotado a los Bulls de Chicago, que terminó la temporada primero, con la impresionante marca de 62 partidos ganados y solo 20 perdidos. Dadas las circunstancias, pocos creían que los Mavericks, que habían salido terceros en su conferencia, podrían dar cuenta del poderoso equipo de Miami, integrado entre otros por LeBron James, Chris Bosh, y Dwyane Wade, el trío estelar de ese momento.

Con un Nowitzki titánico, que tuvo 26.0 puntos, 9.7 rebotes y 2.0 asistencias de promedio y fue elegido el jugador más valioso (MVP), Dallas liquidó la serie en seis partidos, ganando el último de ellos de visitante. En esa temporada, Nowitzk se ganó la inmortalidad a la que muy pocos acceden. Confirmó su lugar en el álbum de los más grandes de todos los tiempos.

El día de la despedida recibió vía Twitter el saludo de dos ex presidentes, Bill Clinton y Barack Obama. Clinton escribió: “Felicitaciones a Dirk Nowitzki. Mereces nuestro sincero agradecimiento por ser un increíble embajador internacional de este deporte y un ser humano de clase mundial”. Otro de los inmortales de la historia de la NBA, Charles Barkley, expresó en la ceremonia de despedida en Dallas: “Déjenme decir esto sobre Dirk Nowitzki. Es el hombre más amable de todos. Oye, ha sido un honor y un privilegio verte jugar. Disfruta el resto de tu vida”.

Nowitzki no tiene planes de regresar a Alemania. Al final del partido comentó: “Nunca me iré de aquí. Salí de Alemania hace más de 20 años y me convertí en texano”. El basquetbolista nacido en la ciudad bávara de Wurzburgo, seguirá viviendo en Dallas, ahí, y en la memoria de quienes tuvimos la suerte de verlo jugar y hoy se lo agradecemos.

 

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