Por Pablo Vicente*
El futuro del trabajo es una de las problemáticas más debatidas en la actualidad. Todos hablamos de los peligros de la automatización, de la inteligencia artificial y de cómo la tecnología podría eliminar gran parte de los puestos de trabajo actuales. En este marco, los gobiernos se preguntan: ¿cómo podemos preparar a nuestros países para afrontar los profundos cambios en el mercado laboral a futuro? ¿Qué medida debemos tomar hoy para favorecernos de los cambios mañana?
En ese contexto resulta interesante el resiente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe, donde se pretende dar respuesta a las preguntas que de alguna maneras todos en algún momentos nos hemos hecho: “¿Acabarán los robots con nuestros trabajos? ¿Cuáles serán las profesiones más exitosas en el mercado laboral del mañana? ¿Cómo nos afectará la cuarta revolución industrial?”
El estudio destaca dos grandes tendencias subyacentes que van a impactar el futuro del trabajo en el mundo y en concreto América Latina y el Caribe: el avance tecnológico y el envejecimiento poblacional. Se trata de dos tendencias completamente diferentes. La primera sucede en tiempo real, y aunque sus efectos son aún inciertos tiene un gran atractivo mediático. Esto se debe a que los avances tecnológicos despiertan asombro y optimismo, aunque también implican una amenaza para la fuerza laboral.
Por el contrario, el envejecimiento de la población es gradual y avanza más rápido de lo previsto. El informe destaca que sigilosamente y de forma desapercibida, el mundo envejece y América Latina y el Caribe lo hace de forma más acelerada que otras regiones. En este marco, aunque el inconciente colectivo asume que vivimos en una región joven, la realidad es que la fuerza laboral de América Latina y el Caribe está envejeciendo rápidamente. Y en países como Nicaragua, México o Chile el porcentaje de adultos mayores pasará del 10% al 20% de la población total en apenas dos décadas.
En este marco, el futuro del mercado laboral dependerá de cómo actuemos en el presente los trabajadores, empresas y Estados. El estudio afirma que en los últimos 40 años la cantidad de médicos, enfermeros y maestros se ha cuadruplicado en la región, lo que se tradujo en un aumento de puestos de la calidad, afectando particularmente a las mujeres. Y en este sentido, el estudio pone como ejemplo a futuro el caso de República Dominicana, quien para el año 2040 deberá contar con aproximadamente 282 mil maestros, 42 mil médicos y 103 mil enfermeros.
En este sentido, es necesario que los gobiernos de la región mejoren las habilidades de la fuerza laboral para adaptarse a las nuevas oportunidades que nos ofrece la tecnología. Solo de esta manera los gobiernos podran garantizar un modelo de desarrollo que ofrezca oportunidades a sus trabajadores. “Desaprovechar esta revolución… es el mayor riesgo que corre la región”.
Pablo Vicente, Abogado y Gestor Social, es el Presidente de la Fundación Justicia y Desarrollo Local (FUJUDEL) y de la Red Latinoamericana para el Desarrollo Democrático (REDLADD) [email protected], @pablo_vicente
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