En el día en que todos vimos como en Francia se proclamaba campeón del mundo un equipo práctico y efectivo, Old Christians tuvo la gran virtud de ajustar a tiempo en la final del Uruguayo de rugby. Dejó de lado su plan A, de juego veloz y dinámico, cuando Trébol remontó el partido. Y fue con un juego “a lo Springboks”: pie para jugar en campo rival, mucha presión en el contacto, imposición en el punto de encuentro para forzar errores del sanducero. Y los kicks a los palos de Favaro para aprovechar oportunidades y volver a tomar el control del parido.
Así fue que Old Christians le ganó 44-26 a Trébol para consagrarse campeón luego de cuatro años sin títulos, una enorme sequía para el club que había ganado cuatro de los cinco títulos anteriores. En ese periodo Christians se reinventó: procesó una gran renovación, y a su vez trajo de vuelta a varios referentes. Algunos de ellos como suplentes, que terminaron siendo fundamentales para la remontada en el segundo tiempo,
Y lo hizo globalmente: campeón en Intermedia y Preinternedia (sus dos planteles llegaron a la final). Con más de 85 jugadores en el plantel principal, siempre una muestra de buena salud de un club de rugby. Christians fue el mejor del año, no solo por lo mostrado en resultados en fase regular y playoffs, sino porque en este periodo de sequía mantuvo ese trabajo integral en el club, esperando que llegaran las buenas. Y se ratificó como el proyecto más sólido del rugby uruguayo de clubes.
El arranque fue a todo tren, como la semi ante Cuervos o varios resultados destacados a lo largo del año. Aprovechó cada espacio que le dio Trébol, que en ese lapso jugó mal con el pie, cometió muchas indisciplinas y errores de manejo, para ponerse 17-0 arriba a los 20. El primer try con line, sombrero, juego en el contacto y espacio para apoyar. El segundo aprovechando los metros que dejó un mal kick de Alejo Durán (y una mala reposición del triángulo final), y luego un penal de Favaro tras una infracción de Paysandú por no retirarse del ruck. Trébol mostraba de vez en cuando que tenía la fortaleza en el contacto para construir su juego, pero cometía demasiados errores no forzados ante un rival que no solo no los hacía, sino que aprovechaba el 100% de los ajenos. Solo le faltó transformar en try una jugada que debió ser mínimo penal y amarilla luego que Lucas Durán tomara sin pelota a Costábile, que el juez no vio y que el línea advirtió en un primer momento pero luego desistió.
La gran virtud de Trébol fue que se recuperó de esos primeros 20 malísimos, lo fue a buscar con el scrum para conseguir un penalty try, y enseguida salida de Christians que no pasó las 10, scrum, penal, line, maul y try para ponerse, en 5 minutos, otra vez en partido 17-14.
El arranque del segundo tiempo fue con penal para Chtistians para el 20-14, pero el momentum siguió siendo del sanducero. Que a pesar de una chance desperdiciada cuando cambió penal por scrum frente a los palos y Christians recuperó la pelota, pasó al frente en la siguiente con try de Artola para el 21-20.
Pero fue como si todo ese esfuerzo por remontar le hubiese fundido el motor a Trébol. Porque no volvió a ser el mismo, y porque Christians también hizo un click. Ese scrum en el que recuperó en defensa fue el inicio de un nuevo partido, en el que el sanducero ya no pudo marcar diferencias en esa formación. No solo eso; desde la salida siguiente al try de los de Paysandú, el azul apostó por meter mucha presión en el contacto, por posicionarse en campo rival, por pasarle la responsabilidad al adversario. Y comenzó a caer el goteo de penales de Favaro, que en la hora señalada no falló, mientras Trébol volvía a las imprecisiones y le costaba muchísimo tan solo asegurarle en el punto de encuentro.
Christians casi que lo cerró con el try Espiga del 34-21, aunque pareció que la victoria volvía a estar en duda cuando Durán interceptó una de las pocas que el rival abrió innecesariamente en el segundo tiempo, para ponerse 34-26. Pero otra vez el azul llevó el juego a campo rival y de ahí no se fue más, para sumar otros 10 puntos que le permitieron cerrar con clara victoria 44-26.
Es tiempo para que los azules festejen. En tiempos en que el alto rendimiento demanda cada vez más jugadores, la fábrica de Old Christians sigue sacando jóvenes valores, que se encuentran con los veteranos para seguir perfeccionando la fórmula. Hoy fue con defensa, pie y juego físico-. Como el campeón completo que es.
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