En Uruguay, los ahogamientos constituyen la primera causa de muerte por lesiones no intencionales en niños de entre 1 y 4 años. Entre 2012 y 2017, 56 niños de 0 a 15 años fallecieron por esta causa, según datos del Ministerio de Salud. En 2018, la Mesa Interinstitucional de Seguridad Acuática (MISA) registró 165 eventos adversos en el agua, en los que fallecieron 40 personas, entre ellas 7 niños.
En el comienzo de la temporada estival, momento del año en que los niños y adolescentes pasan más tiempo en contacto con el agua, la Sociedad Uruguaya de Pediatría, a través de su Comité de Prevención de Lesiones no Intencionales, realizó una campaña con el objetivo de recordar las principales medidas para prevenir estos incidentes, y advirtió sobre los riesgos asociados a la falta de cuidado con respecto a este tema.
La Sociedad Uruguaya de Pediatría señaló que el principal factor de riesgo relacionado a los casos de mortalidad por ahogamiento o lesiones entre niños, tiene que ver con la distracción de los cuidadores. Señaló que es imprescindible, por lo tanto, que los adultos a cargo de niños y niñas no los pierdan de vista en ningún momento al entrar al agua, y que la distancia con ellos no sea mayor a la de un brazo.
Es fundamental que siempre lleven accesorios que les permitan la flotabilidad. Se recomiendan los chalecos salvavidas en buenas condiciones, acorde al talle del niño.
No se debe subestimar la cantidad de agua que puede generar el ahogamiento de un niño. Para los más pequeños que caen boca abajo y no tienen destreza para poder salir, algunos pocos centímetros son suficientes. Por eso, siempre deben estar vigilados durante el baño o el juego, y hay que evitar tener baldes con agua o recipientes similares al alcance de niños pequeños.
Para la Organización Mundial de la Salud se trata de un “importante problema de salud, grave y desatendido”, ya que en el mundo 372.000 personas fallecen por ahogamiento cada año; un promedio de 47 personas por hora.
En caso de utilizar piscinas estructurales y empotradas en tierra, deben estar rodeadas de una cerca de 1,40 metros que no sea escalable, cuyos barrotes no superen los 10 centímetros de separación y con portón con tranca “anti-niños”. Para los casos de piscinas de aros, es necesario vaciarlas al final de cada jornada.
En playas de agua dulce y ríos la flotabilidad es menor, y además de la atención de los cuidadores es necesario siempre estar cerca del puesto de guardavidas y poner especial cuidado en las señales y advertencias que fueron colocadas respecto de la zona de baños.
La Sociedad Uruguaya de Pediatría advirtió sobre los riesgos que presentan las canteras, lugares que resultan atractivos para los adolescentes, pero de alta peligrosidad y sitios frecuentes de ahogamientos.
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