Gabriel Pereyra

Gabriel Pereyra

Zikitipiú > SEGURIDAD

La delincuencia y la solución de la pala mecánica

Pero no celebren, está todo servido para que el odio y la violencia sigan floreciendo
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27 de diciembre de 2017 a las 19:30
De alguna forma es la profecía autocumplida de quienes ante la inseguridad pública se plantan con temor, ignorancia, resentimiento, desprecio por lo desconocido. ¿Quién no los escuchó decir alguna vez que la forma de combatir el delito era arrasar con Napalm y palas mecánicas los barrios deprimidos donde viven o se refugian muchos delincuentes?

A comienzos de 2018, la Policía (siempre carne de cañón ante el fracaso de las políticas educativas, sociales y de integración) realizará un censo en las viviendas de Unidad Casavalle como primer paso para derribar filas enteras de bloques y luego proceder a eliminar al menos parte del complejo, realojando a algunos habitantes y eventualmente construyendo otro tipo de viviendas.

Esta decisión se tomó en reuniones al más alto nivel en las que, al parecer, los informes de la Policía terminaron por convencer a representantes de la Intendencia, el Ministerio de Vivienda, el de Desarrollo Social, entre otros organismos, que las cosas no dan para más.

Seguramente entre quienes terminaron por convencerse de esta especie de solución final para esas viviendas, se cuentan personas que se apresuran a disparar la palabra estigmatización cuando se les dice que esas zonas se pudrieron casi sin remedio. Y cuando nos dicen como si fuésemos marcianos que allí la mayoría es gente de trabajo deberían también decirnos por qué se impone la minoría.¿Qué estamos haciendo por esa gente de trabajo? ¿Tirarle la pelota al Ministerio del Interior? ¿Qué cuernos tiene que ver el Ministerio del Interior con el fracaso del sistema educativo? ¿Qué cuernos tiene que ver el Ministerio del Interior con las fracasadas políticas sociales? ¿Qué cuernos tiene que ver el Ministerio del Interior con las fracasadas políticas sanitarias? ¿Qué cuernos tiene que ver el Ministerio del Interior con las políticas municipales que tratan igual a los desiguales?

La responsabilidad de la basura que está en las veredas es de los vecinos, dice la Intendencia. Y eso vale para Pocitos y para Casavalle. ¿Se dieron alguna vuelta por Casavalle quienes defienden esa política municipal para ver en el grado de mugre que viven los vecinos de esa zona?

Hay que leer la investigación titulada "Casavalle bajo el sol" que hizo el antropólogo Eduardo Álvarez Pedrosian para ver el papel que juega la basura en esos barrios: omnipresente, invencible, una alegoría de que todos allí se merecen "la mugre".

Salto al vacío

La delincuencia fue sufriendo saltos cualitativos muy profundos mientras que la sociedad se preocupaba (con razón) por la rapiña en la esquina de barrios donde aún es posible caminar de noche sin riesgo de ser asesinado, barrios integrados, sin basura por todos lados.

Los expertos repiten que el delito cada vez está menos relacionado con la pobreza. Pero no me cansaré de decir que casi la unanimidad de los presos son de barrios pobres, que estos niveles de violencia solo ocurren en barrios pobres, y que el embarazo adolescente, la violencia infantil, el fracaso educativo siguen ocurriendo especialmente en esos barrios. ¿No estará todo esto en las raíces de la bestialización del delito?

Del delincuente con códigos se pasó al ratero que robaba a las señoras de la cuadra, y estos fueron sustituidos por la guerra de bandas que a casi nadie importa porque, total, se matan entre ellos. Pero en Casavalle el delito dio un nuevo salto que en algunos casos supera en indignidad a la situación de países que están en el fondo de la tabla de violencia regional.

El narco local, que se refugiaba en la vecindad repartiendo dinero y favores, corriendo al ratero de turno e incluso dándole trabajo al pibe que estaba sin hacer nada para que se convirtiera en pasador de droga, se lumpenizó a tal grado que ahora arremete contra todo y todos.

Golpean en cualquier vivienda y a punta de pistola le dicen a la familia que allí vive que se vaya, que deje todo como está y abandone la casa. Y si denuncian le matan a los hijos. Y los matan nomás. Esa vivienda es luego vendida, o usada como aguantadero, o le hacen boquetes en las paredes y las convierten en loft donde los capos viven en medio del lujo.

La gente, muchas madres solas, ya no llevan a los nenes a la escuela porque cuando regresan no tienen casa.

Hace pocos años nos sorprendíamos con pibes de 16 años que tenían dos o tres muertes. Ahora en esa zona empiezan a matar a los 14 y cuando entran a la casa grande, como le dicen a la cárcel, pueden tener hasta ocho muertes en su haber. Algunos cadáveres ya no aparecen porque esa modalidad, junto a la tortura de las víctimas, es otro nuevo dato cotidiano en esas zonas.

Con asesinos como Pablo Goncalvez hacemos programas de TV, le seguimos la pista hasta Paraguay, nos preocupa que lo hayan dejado libre. De estos asesinos seriales, tres veces más jóvenes y con tres veces más cadáveres en su haber que Goncalvez, no sabemos el nombre, ni el de sus víctimas, reducidas a números en la lista de ajustes de cuentas.

¿Cómo entender?

Para entender qué es lo que está pasando hay que estar informados y quienes informan, para hacerlo,tienen a su vez que entender el fenómeno sobre el que informan. Quienes trabajan de alguna forma en torno a la divulgación de este asunto ¿saben dónde queda Casavalle?; ¿saben qué diferencia hay entre Casavalle y el Borro?; ¿saben qué ómnibus va para ese lado?; ¿saben cómo son las viviendas sobre las que hablan?; ¿cómo son sus legendarios y violentos pasillos?;¿ a qué huele ese barrio?.

¿Alguna vez reflexionamos cómo y por qué un barrio donde evidentemente hay más suspiros que tiros y más amor que odio solo es mencionado en el contexto de delitos o hechos violentos?

Benditos el liceo Jubilar y otros emprendimientos educativos privados de la zona que nos permiten hablar de Casavalle sin mencionar narco, muerte, balazos.

Casavalle tocó fondo después de un largo periplo en el que no fuimos capaces de entender, ni, quizás por eso, de preocuparnos lo suficiente. Y ese infierno tarde o temprano se desborda, inunda el purgatorio, y salpica al paraíso en el que viven amplios sectores de la población, sin valorarlo, entre otras razones porque no tienen idea de lo mal que vive la gente honesta en el infierno.

Casavalle será tierra arrasada. Por este camino capaz que hoy o mañana le toca a otros barrios de esos que los puristas no quieren mencionar porque creen que lo que estigmatiza no es la pobreza sino el hecho de nombrarla.

Podremos arrasar la ciudad entera que mientras no ataquemos las causas de la violencia,estaremos condenados a respirar el mismo aire que respiran estos demonios, que dos por tres irrumpen en nuestra vida para recordarnos que nadie está a salvo. Todo suma hacia la insolidaridad y el odio,sentimientos que pudren a las sociedades al punto de que la única "solución" razonable termina siendo la pala mecánica.

Esto también es el Casavalle


Frases de la investigación "Casavalle bajo el sol" del antropólogo Eduardo Álvarez Pedrosian

Raquel: "Cuando yo vine, había muchas buenas familias. Los jóvenes siempre estuvieron en la esquina, pero tenían un respeto, saludaban, no molestaban a los vecinos. Porque vos hoy pasas y te juro que se meten, aunque vos vayas con la mejor disposición y de repente hay días que dejas pasar muchas cosas, hacés de cuenta que no los viste (...). Y se meten igual de la forma más descarada que hay.

"Si vos no les das una moneda, no podés pasar. Ahora, vos los ves en los cortes de las rutas de los ómnibus... Una mujer sola, a las siete de la mañana, vos no te podés parar en el Palomar... ¡Yo no estoy para que me violen, hermano! ¡Yo no voy!"

Marta: "¿Vamos a caminar por el barrio nuevo?. Se intentó. Pero cuando no te agarraban a tiros te... la gente no se anima a bajar. A Las Sendas yo no voy (te dicen), porque le tienen terror".

Sandra: "Yo no tengo baño, hace seis años que hago la materia en un balde, no puedo dejar fermentar, ¿ta? Ahí, voy a dar una razón yo: no es lo mismo tirar basura que tirar materia. Somos tres en casa: Ignacio va al baño, por chico que sea, no puedo dejar eso fermentar ahí".

Sandra: " Los niños acá no tienen una plaza, no tienen nada... los niños salen al portón, salen al frente, porque otra cosa no tienen"

Raquel: Sí, se entretienen tirando piedras, rompiendo vidrios, a lo que las sendas están más angostas... es bravo, es jodido".

Silvia: "Yo fui partidaria de que no se hiciera un liceo en el barrio, porque los chiquilines tienen que saber que del Cementerio para el otro lado hay otro barrio".

Mica: "El otro día me encontré con una señora de treinta años que no sabía manejarse en el Centro".

Silvia: "Es que de esos casos, hay infinidad. ¿Saben a, dónde saben ir las mujeres, en este momento, que tienen 24, 25 años? Al Pereira Rossell"

Mica: "Cuando hablo del tema 'ratas' no me asusto, porque yo dormía con 45 adentro. Fui mordida unas cuantas veces, mis hijos también".




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