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La cacería que hizo el Mossad en Argentina de un famoso líder nazi llega a Netflix
Luego de la caída del nazismo, aquellos dirigentes del régimen que lograron escapar de los juicios de Nuremberg se escondieron, principalmente, en América del Sur. Argentina se convirtió en uno de los destinos favoritos de los desertores, principalmente la Patagonia, que albergó a varios cabecillas y mandos medios. Sin embargo, uno de los nombres más importantes del aparato asesino de Hitler se escondió en Buenos Aires. Se trató de Adolf Eichmann, teniente nazi y responsable directo de la solución final, el aparato de exterminio de judíos instalado en los campos de concentración.
Eichmann es recordado por ser el protagonista de una de las cacerías más impresionantes del siglo XX. En 1960, una célula del Mossad –servicio de inteligencia israelí– lo localizó en el barrio de Bancalari, en el partido de San Fernando, y lo interceptó a la salida de un ómnibus. Rápidamente fue llevado prisionero a Jerusalén, donde fue sometido a un histórico juicio. El proceso fue recopilado por la escritora y filósofa Hanna Arendt en el clásico ensayo Eichmann en Jerusalén.
Desde esta semana en Netflix esta disponible Operación final, una película de Chris Weitz que recopila la misión que llevó al Mossad hasta Eichmann en el Gran Buenos Aires. La película está protagonizada por Ben Kingsley como Eichmann y Oscar Isaac como Peter Malkin, uno de los agentes que participó de la captura del cabecilla nazi.
"Creo que es importante para todos que Eichmann sea representado no como un monstruo, sino como un ser humano ", explicó Weitz, a EFE. "Muchos de los responsables no eran demagogos, ni sádicos, ni psicópatas, sino gente normal que se vio inmersa en esa situación", aseguró. Weitz es hijo de un refugiado judío de guerra, que además participó como soldado en ella.
El juicio a Eichmann comenzó en abril 1961 y se lo acusó de crímenes contra la humanidad. Aún a pesar de que decenas de sobrevivientes de los campos de exterminio testificaron contra él, el alemán siempre dijo que se limitó a seguir órdenes de arriba. Fue sentenciado a muerte y colgado el 31 de mayo de 1962.
