En 1992, el director de cine cubano radicado en Madrid Orlando Jiménez Leal realizó
8-A,
documental extraordinario, el cual 25 años después de estrenado mantiene plena vigencia. Si el periodista presenta la primera versión de la historia, y el historiador la segunda, el documentalista bien puede ser quien aporta la definitiva.
Para el caso de Arnaldo Ochoa Sánchez, general del ejército cubano, así lo parece. Su historia es kafkiana y desde el principio el documental se deja ver como la crónica de una muerte anunciada. Ochoa era considerado un héroe nacional. Comandante de las fuerzas cubanas enviadas a Angola y Etiopía, era un general de alto rango, además de tener la admiración y el respecto de sus súbditos.
El documental es un rompecabezas que de manera tangencial busca entender los pormenores del juicio que le realizaron al galardonado militar en 1989. Las acusaciones parecen parte de una charada que tuvo una conclusión cruel para Ochoa. Lo condecoraron, y tiempo después lo fusilaron.
Según versión de varios conocedores del tema, Ochoa no fue ejecutado por actividades de narcotráfico ni por traición a la patria, tal como se dijo, sino porque los mastines del poder presumieron que estaba detrás de un golpe de Estado. Una de las fuentes consultadas fue incluso más lejos y afirmó que su lectura de los hechos lo llevaba a concluir que Ochoa planeaba auspiciar un cambio de mando durante alguna salida de Fidel Castro fuera de
Cuba. El que fue a Sevilla perdió su silla.
El mismo temor a ser derrocado si algún día sale temporalmente del país tiene Kim Jong-un. Antes de que el encuentro entre el líder norcoreano y
Donald Trump planeado para el próximo 12 de junio fuera cancelado, Kim temía que algo negativo relativo a sus intereses ocurriese cuando se encontrara en Singapur reunido con su par estadounidense.
La cancelación de la reunión fue tan sorpresiva como el anuncio de la misma realizado semanas atrás y alivia en algo la paranoia del megalómano de Kim Jong-un, quien cada tanto manda fusilar a miembros de rango alto del mando militar, por haber sido considerados sospechosos de estar planeando un golpe de Estado, la misma historia ya vista en otras dictaduras.