Por más paradójico que pueda sonar, el hombre que –desde hace 25 años– se encarga de darle de comer a cada uno de los nominados y los premiados post ceremonia de los Oscar no es demasiado fanático del cine. Prefiere los libros, los diarios y las revistas. Y si en un viaje de avión de más de 12 horas no tiene más remedio que prender la pantalla, elige ver documentales. Wolfgang Puck no necesita ser un cinéfilo. Para conquistar a varios de los paladares más celebrados del star system hollywoodense alcanza con su comida y su hospitalidad.
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