La decisión del presidente Tabaré Vázquez de destituir a los seis generales de los tribunales de honor y alzada -entre ellos el entonces comandante en jefe del Ejército- que juzgaron a José Nino Gavazzo y Jorge “Pajarito” Silveira, generó una crisis militar sin precedentes desde el retorno de la democracia. A dos de ellos, Alfredo Erramún y José González, los cesó directamente, pero en el caso de los otros cuatro (Claudio Romano, Carlos Sequeira, Alejandro Salaberry y Gustavo Fajardo) envió un proyecto de ley al Parlamento, amparándose en la Ley Orgánica Militar y considerando que habían omitido “en forma deliberada” cumplir con el artículo 77 del reglamento de los Tribunales de Honor.
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